viernes, 12 de diciembre de 2008

Opulenta Soja

El acto estaba en su mejor momento. Discursos encendidos y aplausos interrumpidos captaban la atención de los asistentes, que mantenían la mirada elevada, fija en los oradores, en el palco. Mientras la protesta levantaba cada vez más el tono, un chico se abrió camino entre los manifestantes, buscó con paciencia entre su mochila una bolsita y se puso a juntar granos de soja que habían sido arrojados al piso. Lo hizo sin apuro y, quizá sin escuchar una palabra, del rosario de reclamos que la gente de campo lanzó en las puertas de la Casa de Gris.

FUENTE

(Gracias ani)