miércoles, 31 de diciembre de 2008

El panoptismo en el S XXI - Ciudad de Buenos Aires

El gobierno de la ciudad intenta transformarse en un ente autista y panóptico donde solo existe el exceso de controles y el castigo permanente. Todo se prohíbe, todo se castiga, todo se encarece, la ciudad avanza... avanza hacia un nuevo estallido. Lo que en la historia fue una tragedia, ahora repite como comedia, Malcri es una caricatura de Hitler, incluido el bigotin, sin duda tiene mucho de la peor parte de ese nefasto personaje. Es un lobo disfrazado de cordero, el peor de los lobos.
No persigue razas o etnias; en sintonia con Miky Vainilla no discrimina, simplemente detesta, desprecia y persigue a TODOS LOS POBRES POR IGUAL. Quiere darles una nueva vida, una nueva oportunidad a estas huestes plebeyas, pero bien lejos del brillo de la fastuosa, opulenta y exclusiva Ciudad Autónoma de Buenos Aires con la que Mitre y Cacciatore soñaron en diferentes momentos.
Desprecia la educación pública, la salud pública, las marchas públicas, la función pública y la opinión pública, y las combate como si no hubiera asumido en funciones y siguiera representando a otro sector. El gobierno tiene que ser público, los gobernantes deben trabajar para mejorar las condiciones de vida de todos y cada uno de los ciudadanos y habitantes de la ciudad, para nada más.
El jefe de gobierno actual y su séquito de incapaces, sólo gobiernan para mejorar sus negocios privados, esa parte se ve a las claras: veredas, peajes, basura, negocios inmobiliarios en zona norte, obras realizadas por el anterior gobierno ya inauguradas que "inaugura", etc.
Incluido el gobierno de Fernando de la Rua en la ciudad, que fue desastroso, con una triste bicisenda como su maxima obra, el actual, encabezado por Malcri, es el peor gobierno(?) de la historia de la ciudad. Es muy triste ver a la ciudad en este estado y en estas turbias manos.
Ojalá que en el 2009 ocurra algún milagro, la cuestión cambie y dejemos de estar a merced de este fascista retrógrado, inoperante, desalmado y representante del peor sector que habita esta maravillosa argentina. Lo último que se pierde es la fe.