"Uno la ve tan frágil, tan bonita y parece mentira que tenga esa
fortaleza de titán, para enfrentar estos vendavales de mediocres,
mezquinos y angurrientos, que tanto pululan. Claro que ella camina
confiada, porque la custodia el amor hacia la gente que es el arma mas
poderosa que puede tener el ser humano. Yo le agradezco a dios que me
haya permitido ver esta etapa de mi país que nunca pensé en llegar a
ver, porque yo conocí la etapa de la primavera, cuando brotaron todas
estas cosas me parecía imposible que se repitiera. Además ella va muy
confiada al frente porque sabe que va rodeada de los humildes, de los
que no hacen barullo, pero si tienen una capacidad muy grande de amar, y
de mantener en su memoria a aquellos que nos traicionan. Yo estoy feliz, feliz. Feliz como cuando andaba de pequeño en mi pueblo desnudo
corriendo en el río con mis amigos. Feliz como en esa etapa." LEONARDO
FAVIO nov, 6 2008
No quiero quejarme de oreja en oreja
Fijarme si quien me aventaja se aleja
Negar el reflejo que dejo en mi espejo
Ni alojar el rencor entre ceja y ceja.
No quiero guardar tantos secretos
Ni estar enfrentado en un cuadro grotesco
Como los Montesco y los Capuleto
No quiero a tu edad quedar obsoleto.
Ni perder el vigor, ni decir sin rigor
Que todo tiempo pasado siempre fue mejor
Ni llegar a mi casa ofuscado y molesto
No quiero estar cansado de llevarme puesto.
Y aunque esta verdad pueda doler,
tengo que decirlo, sin complacer.
Pero si ofendo, pido perdón
Cuando sea grande, no quiero ser como vos.
No quiero cometer tus mismos errores
Ni creer que todos son estafadores
No quiero manejar tus mismos valores
Ni que cada día sea igual a los anteriores.
No quiero no poder controlar mis enojos
Ni cargar esa tristeza en los ojos
Mojados y rojos, ajados y flojos
No quiero resignarme a ser mis despojos.
Ni echar con vehemencia la culpa a los demás
De lo que es mi incumbencia y responsabilidad
Ni que me de por probar en alguna idiotez
Lo que no pude hacer cuando tuve 23.
Y aunque esta verdad pueda doler,
tengo que decirlo, sin complacer.
Pero si ofendo, pido perdón
Cuando sea grande, no quiero ser como vos.
No quiero que ya nada me provoque placer
Ni cuando el dolor me toque odie el ayer
Ni mirar fotos viejas y ponerme a llorar
O que nombren a alguien y empezar a temblar.
No quiero llevar esa vida maltrecha
Con sospechas de dolo y la ilusión desecha
Ni lanzar pestes creyéndome Apolo
Ni que me moleste en una fecha estar solo.
Y aunque esto se preste a mal interpretar
No quiero que crean que es sólo por criticar
Y espero que tan sólo sea una declaración
porque ni yo se si quiero que quieras ser como yo.
Y aunque esta verdad pueda doler,
tengo que decirlo, sin complacer.
Pero si ofendo, pido perdón
Cuando sea grande, no quiero ser como vos.
Y aunque esta verdad (no quiero ser como vos)
pueda doler,
tengo que decirlo, (no quiero ser como vos),
sin complacer
Pero si ofendo, (no quiero ser como vos)
pido perdón.
Cuando sea grande...
Malcri: "me pasó en el verano tocando el timbre, una señora María, me dice "no puedo creer, casi no te abro" ... un beso ... mmm... muy cariñosa la mujer. Le digo "porqué casi no me abrís"... "No, porque, hace un mes... me tocaron el timbre y me dijeron "farmacia", y yo no lo reconocí, porque no era Mario, el chico que viene siempre. Y como una idiota le abrí" (...)
(Texto: Durán barba)
Cormillot, esta semana firmó un convenio por tres meses
para capacitar al personal que estará en las estaciones saludables que
planea instalar el macrismo en plazas y parques de la Ciudad. La prueba
piloto incluye charlas de Cormillot y su equipo sobre alimentación a los
empleados públicos, la grabación de spots y micros que se emitirán en
los CGP y en los subtes.
Incluso, se prevé que profesionales y profesores del programa
televisivo “Cuestión de peso” sean fondeados de amarillo para dar clases
de gimnasia.
El nuevo programa macrista, que tiene un costo de 150 mil para las
arcas de la Ciudad, arrancó el miércoles en un acto en el que Cormillot
se encargó de pesar y medir a Macri, a la vicejefa María Eugenia Vidal y
al ministro de Salud, Jorge Lemus.